Sistemas de educación multimodal: una alternativa educativa sostenible
Por: Dra. Svetlana Loginow y Dra. Inés Roche Tovar
Ha sido notable la manera en la cual el Siglo XXI llegó inmerso de nuevas y desafiantes formas para desarrollar la labor de enseñanza-aprendizaje, tanto profesores como estudiantes, han debido asumir grandes retos, en tanto que la virtualidad del hecho educativo llegó.
En un inicio su aparición fue un tanto tímida, pero desde el año 2000 ha tenido un crecimiento acelerado, que durante la reciente pandemia alcanzó niveles exponenciales, así se podría decir que esa aparición inicial, como ya se señaló, un tanto tímida, se fortaleció, y ahora la virtualidad no solamente llegó, sino que esta vez, se quedará.
Evidentemente, la permanencia en el tiempo de este tipo de educación, exige que se manejen criterios de sostenibilidad en su adopción y en su aplicación. La sostenibilidad es un término que forma parte principal de las agendas políticas, económicas, sociales y ambientales en el ámbito mundial.
Generalmente se hace referencia al desarrollo sostenible, el cual, en el pasado se encontraba más relacionado con la materia ambiental, pero con el tiempo, ha adoptado un espectro más ambicioso que integra múltiples factores de interés.
En el año 1987, se elaboró el Informe “Nuestro futuro común”, por parte de la Comisión Mundial Sobre Medio Ambiente y Desarrollo y es cuando surge oficialmente el nombre “desarrollo sostenible” con su correspondiente definición; en tal sentido, se trata de la “satisfacción de las necesidades de la generación presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades”. (World Commission on Environment and Development – WCED, 1987).
Para 1998, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) en su declaración mundial sobre Educación Superior en el siglo XXI, destaca el aporte de la Educación Superior al desarrollo sostenible y a la mejora continua de la sociedad, ofreciendo una educación de calidad, con igualdad de acceso, que promueva la investigación y el desarrollo de escenarios diversos para el aprendizaje permanente, que afiancen los valores de la sociedad y que promuevan la formación docente para poder así optimizar la educación en sus diversos niveles formativos.
Para el 2009, la UNESCO, en el contexto de la Conferencia Mundial de Educación Superior, reconoció la pertinencia de los acuerdos alcanzados en 1998 y ratificó a la educación como pilar fundamental del desarrollo sostenible y el cambio social, así como el papel que tiene de cara al logro de los Objetivos del Milenio (ODM) y la Educación para Todos (EPT).
La Organización de las Naciones Unidas (ONU), en el año 2015, delimitó 17 Objetivos para el desarrollo sostenible, el cuarto de ellos, precisamente, está dirigido a lograr una educación de calidad. La educación, al igual que el desarrollo, debe atender a un enfoque multivariable para posicionarse en criterios de sostenibilidad.
En ese sentido, la calidad de los sistemas de educación multimodal, se convierte en el punto de partida para lograr la sostenibilidad de esta iniciativa. En la misma línea de pensamiento González et al., (2020) reflexiona, desde su práctica, y entiende la educación multimodal como aquella que persigue que todos los estudiantes permanezcan incluidos en el sistema educativo.
De hecho, el paso inevitable de la presencialidad a la virtualidad en la educación, producto de la pandemia, encontró barreras sociales, económicas y tecnológicas, entre otras que, en algunos casos, dificultaron ese proceso de migración.
De allí la importancia de recurrir a un enfoque sostenible que pueda garantizar el éxito, el cual, a todas luces, parece ser el de la educación multimodal, en este enfoque, confluyen diversos modelos educativos y tecnologías instruccionales que se adecúan a las diferentes realidades y a múltiples contextos.
Durante los dos primeros años de pandemia, la realidad cambió totalmente y las empresas que tuvieron mayor crecimiento, fueron aquellas que estaban preparadas, o bien ya venían trabajando de manera “online”. Empresas como Zoom, vieron crecer de manera significativa sus acciones en la bolsa, en tanto que su plataforma albergó cantidades de iniciativas laborales, educativas y de entretenimiento que congregaron personas y países, además, facilitaron que personas e instituciones de diferentes latitudes pudieran unirse en ese espacio virtual para continuar trabajando, estudiando, divirtiéndose, o simplemente, viviendo.
La pandemia representó una etapa de transición abrupta en el proceso educativo, el cual, debió volverse recursivo y disruptivo, rompiendo con viejos paradigmas para abrirse paso hacia los nuevos recursos producto de la utilización de la tecnología. Ya el aula de clase, no se encuentra en un lugar específico al cual el estudiante deba dirigirse, ahora se encuentra en el ciberespacio, es decir, en todas partes.
Esta situación torna la educación en un hecho más inclusivo, (al menos para todas aquellas personas que tienen acceso a Internet), en tanto que permite democratizar y masificar la gestión educativa.
Sin embargo, al referir la tecnología en los enfoques multimodales no debe restringirse al uso de medios electrónicos o apalancados de manera exclusiva en la virtualidad, sino que resulta pertinente recurrir a la definición que hace la RAE al señalar que se trata del “conjunto de teorías y de técnicas que permiten el aprovechamiento práctico del conocimiento científico” (Real Académica Española, 2014).
También resulta útil apoyarse en el concepto de Tecnología Instruccional, definido por Seattler (2004), como “un particular acomodo sistemático de eventos de enseñanza-aprendizaje diseñados para llevar nuestros conocimientos sobre el aprendizaje a la práctica en una manera efectiva y predecible para atender objetivos específicos de aprendizaje” (p. 6).
Educación multimodal
En ese orden de ideas emerge la educación multimodal, que de acuerdo con Calderón (2012), es “un soporte de los canales y plataformas, virtuales o reales, a través de las cuales se desarrollará la multimodalidad educativa” en la cual confluyen “modelos, enfoques y estilos de aprendizaje” (p. 102).
Este tipo de educación, definitivamente ha enriquecido el proceso de enseñanza-aprendizaje, por cuanto, el aula física sigue existiendo para situaciones específicas que así lo requieran, pero, también, se puede trascender sus límites físicos para posicionarse en un espacio virtual que puede reunir a estudiantes y profesores de lugares remotos.
En este sentido, Cubillán V. y Labarca, R., (2021), definen la educación multimodal, desde su praxis educativa como “una forma de enseñanza no presencial que se ejecuta a través de diferentes vías según el tipo de herramientas tecnológicas y educativas con las que cuente el docente y el estudiante”.
Dentro de este enfoque multimodal, convergen modelos educativos a distancia, abiertos y mixtos, de manera adicional, todo esto se ve favorecido con la utilización de estrategias didácticas mediadas por la tecnología, que simplemente, llevan la educación a otro nivel, y muy especialmente, a otras oportunidades.
La característica más notable de estos sistemas es la gran flexibilidad, en tanto que permite actividades sincrónicas y asincrónicas, lo cual relativiza la importancia de los horarios y lugares y da paso a una gran aula virtual omnipresente que es accesible para todos los interesados.
La modalidad abierta permite que el estudiante sea autónomo y defina su ritmo y posibilidades, lo cual implica que se convierte en el máximo responsable de la experiencia de estudio. Se trata de un estudio independiente acompañado, en tanto sea necesario, de asesorías presenciales, bien sean grupales o individuales.
En cuanto a la modalidad mixta o blended learning (b-learning), como su nombre lo indica, combina la presencialidad apoyándose en las estrategias específicas a desarrollar en el aula, con la virtualidad, favoreciendo el reforzamiento de temas con el uso de plataformas especialmente diseñadas para tales fines. Si bien estas estrategias ya tienen algún tiempo usándose, ahora, la existencia de una educación multimodal se ha fortalecido.
La multimodalidad en el ámbito educativo, será entonces el resultado de una práctica formal, rigurosamente diseñada que combina, integra y utiliza procedimientos, recursos, metodologías y estrategias, que toma de diversas modalidades educativas de manera planificada para alcanzar aprendizajes significativos y contextualizados.
A todas luces, la educación multimodal emerge como la alternativa que mejor se posiciona en criterios de sostenibilidad ya que permite el acceso a educación de calidad de manera permanente, con igualdad de acceso, anclada en procesos de investigación y desarrollo que buscan optimizar la educación en todos sus niveles.
Ahora bien, para hacerlo de manera eficiente, dando respuesta a una educación para todos, demanda la debida formación de los docentes en el conocimiento teórico y práctico de los diferentes modelos educativos, la planeación y mediación didáctica, el manejo de la tecnología, el diseño educativo y la creación de materiales instruccionales que respondan a conocimientos específicos a la vez de ser capaces de propiciar saberes.
Naturalmente, enfrentarse y trascender en este nuevo mundo exige una serie de habilidades duras y blandas, que permitan navegar con éxito en este océano de información, redes y espacios virtuales.
El docente debe convertirse en líder de esa transformación, y también, impulsar el desarrollo de esas habilidades en sus estudiantes, haciéndolos responsables de su propio aprendizaje. Debe también favorecer la autoevaluación y reflexión de manera crítica acerca de la pertinencia de la información y de los criterios de selección que deben aplicar para construir conocimiento y dar solución a sus problemas, de tal manera, que trascienda la sostenibilidad para abrazar la humanidad, afianzando los valores de la sociedad.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Calderón V. R. (2012). La comprensión de la educación multimodal dentro de un contexto de modelo de interacciones de aprendizaje disponible en entornos de aprendizaje personal, institucional y en redes digitales. Hermenéutica, Retórica y Educación. Memorias de la Primera Jornada. Facultad de Filosofía de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México. p.85-104. ISBN:978-607-9170-02-8.
Cubillán, V., Labarca, R. (2022, 20 de noviembre). La enseñanza desde la educación multimodal: ¿Cómo propiciar el intercambio de saberes? https://movimientopedagogico.com.ve/web/revista62/la-ensenanza-desde-la-educacion-multimodal-como-propiciar-el-intercambio-de-saberes/
Fernández, M. Martínez, J. y Gelashvili, V. La sostenibilidad y las clases online en la universidad en tiempos de COVID-19: ¿Nos ha servido como punto de partida para una nueva modalidad de enseñanza? March 2021 Espacios 42(05):127-144 DOI: 10.48082/espacios-a21v42n05p09
González, I y otros. (2020). Fe y Alegría Venezuela ante la emergencia humanitaria compleja y en el marco del Covid-19. [Informe de sistematización]. Centro de Formación e Investigación Padre Joaquín- Fe y Alegría.
Real Academia Española. (2014). Tecnología. En Diccionario de la lengua española. [versión 23.6 en línea]. https://dle.rae.es [Enero 5, 2023].
Saettler, P. (2004). The evolution of american educational technology. Greenwich, Connecticut, EEUU: Information Age Publishing
Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). (1998, octubre 9). Declaración Mundial sobre la Educación Superior en el Siglo XXI: Visión y Acción. Recuperado en diciembre 20, 2022, desde http://www.unesco. org/education/educprog/wche/declaration_spa.htm
Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). (2009, Julio 8). Conferencia Mundial de Educación Superior. La nueva dinámica de la Educación Superior y la Investigación para el cambio social y el desarrollo. Recuperado en diciembre 20, 2022, desde http://www.unesco. org/education/educprog/wche/declaration_spa.htm
World Commission on Environment and Development (WCED). 1987. Our common future. Oxford University Press.