Las potencialidades blandas en la educación comunitaria
El estudio y atención sobre las Habilidades Blandas “Soft Skills” ha rescatado criterios sobre «pedagogías alternativas» que, de forma no sistemática, estaban expresadas en teorías e iniciativas diversas. Así vemos como en muchos países se busca transformar el sentido de la ecuación conocimiento-sujeto, haciendo hincapié en cómo la educación comunitaria debe centrarse en acompañar y desarrollar las habilidades blandas para desarrollar los conocimientos y habilidades cognitivas.
Es precisamente el acompañamiento respetuoso de las diferentes necesidades de los niños, según su estado evolutivo, el que les permitirá desarrollarse favorablemente tanto a nivel físico, como también a nivel emocional y psicológico, otorgando la confianza suficiente para sentirse motivados hacia el aprendizaje.
Aquí, el uso de la neurociencia para mejorar la motivación en el aprendizaje aporta una comprensión más profunda de cómo las emociones y estímulos adecuados pueden fomentar el compromiso y el entusiasmo de los estudiantes hacia el conocimiento.
Desde este planteamiento, se destaca cómo no se debe adaptar el aprendizaje del niño al contenido académico y habilidad cognitiva a desarrollar, sino al revés. Si el contenido se adapta al nivel evolutivo del niño, incluyendo sus características personales, este contenido será motivador para él y, por tanto, su aprendizaje será significativo y permanecerá por más tiempo en su bagaje personal.
Este aprendizaje y desarrollo de las habilidades blandas o, como han llegado a llamar, «destrezas del siglo XXI«, se plantean como alternativa al aprendizaje memorístico de contenidos o de desarrollo único de habilidades cognitivas, propios e incluso característicos de la educación formal actual.
Es lógico que este ‘boom educacional’ tenga mayor repercusión en dos campos del quehacer como son el plano de la educación comunitaria y el ámbito de la actividad laboral.
El interregno de la pandemia ha sido un paréntesis en la continuidad civilizatoria, cuyas consecuencias todavía no son evidentes totalmente, pero es en las áreas educativas y culturales donde se constatan los mayores desajustes y por ello se concentran allí los esfuerzos más ingentes. No obstante, la complejidad histórica del ser humano requiere de la simultaneidad de proyectos y ejecutorias para acometer la problemática multidimensional.
Según el censo, la educación comunitaria…
Vamos al grano. El Censo 2020 encontró que la población general del país aumentó 7.4%, pero más de la mitad de ese crecimiento ocurrió en la población de latinos en Estados Unidos. Como sabemos, cada diez años, el Censo lleva a cabo una encuesta masiva para actualizar los datos demográficos y poblacionales de los habitantes del país.
Los datos que revela cada Censo ayudan a pintar un retrato más claro de la nación y una de las pinceladas más notorias es que los latinos en Estados Unidos ahora alcanzan la cifra de 62.1 millones de habitantes, o sea 18.7% de la población total. En el año 2000, la población hispana en el país era de casi la mitad, con solo 35.7 millones de habitantes.
Partiendo de esos datos fácilmente podemos inferir que el crecimiento poblacional hispano continuará durante las próximas décadas, siendo evidente que cada año será un sector más representativo de la población general de Estados Unidos y en algunos lugares será la mayoría.
Sobre este último señalamiento vemos como en California, los hispanos se convirtieron en la nueva mayoría poblacional gracias al incremento constante: creció de 37.6% a 39.4% de la población, mientras que el sector de habitantes que se identificaban como blancos (40.1% en 2010) disminuyó a 34.7% en el Censo más reciente.
Ahora bien, la sociedad americana siempre ha sido receptiva al asimilar las distintas corrientes migratorias y éstas se han insertado positivamente en lo comúnmente denominado “American way life”, pero en la actualidad los volúmenes sobrepasan cualquier expectativa y ello ya crea desajustes que en un futuro podrían originar conflictos significativos.
Esta problemática ya ha sido visualizada por agencias gubernamentales y se han implementado estrategias y planes específicos en ese orden, pero aún así la gestión de un problema de esas magnitudes obliga a que entes no públicos que vienen actuando en el plano comunal coadyuvan en la asimilación de esos contingentes.
Desarrollando habilidades blandas
Creemos entonces que las instituciones educativas y académicas podrían implementar actividades de largo alcance de educación comunitaria para que en esas agencias no públicas se masifique las formaciones de liderazgos comunales que a su vez desarrollen agentes de promoción y acción en pequeños ámbitos (condados).
Significa esto que las instituciones universitarias formarían núcleos muy bien calificados de instructores especializados en el manejo de Potencialidades Blandas, para que ellos a su vez proyectasen en cada agencia no pública de asistencia a los migrantes, la formación de liderazgos comunales asentados a lo largo y ancho del país en agrupaciones sectoriales que ya existan.
Esta visión entraña una audaz iniciativa, ya que muchas veces intereses de otra índole desvirtuarían el cometido a lograr, pero ello no es óbice para iniciar planes piloto en regiones donde ya existiesen estructuras con capacidad de buscar alternativas reales para la formación ciudadana y la educación comunitaria.
Las tareas ciclópeas nunca pueden lograr frutos inmediatos y siempre será necesario acometer éstas antes que las consecuencias negativas derrumben las realidades.
Por: Dr. Manuel Salvador Ramos