Transición de la educación presencial a la educación virtual
Educación | Innovación

Transición de la educación presencial a la educación virtual en el marco del Desarrollo Sostenible

Por. Dra. Karla Liliana Haro Zea, docente de Broward International University BIU Miami /Florida 

La educación es un derecho humano esencial y la base para consolidar la paz y el desarrollo sostenible (Organización de las Naciones Unidas para la Educación; la Ciencia y la Cultura, 2022), por lo que el Objetivo de Desarrollo Sostenible 4, se ha propuesto “garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos”, pues la educación permite la movilidad socioeconómica ascendente y es clave para salir de la pobreza (Naciones Unidas, 2015).

Sin embargo, el sector educativo, ha sido fuertemente impactado a partir de la pandemia, donde las instituciones tuvieron que transitar de la educación presencial a la educación virtual de un momento a otro, lo que ha traído costos económicos y académicos importantes, cuestionando si esta modalidad es sostenible.

Bien sabemos que antes de la pandemia veníamos experimentando un desarrollo tecnológico muy fuerte, y que la “irrupción de la tecnología digital ha provocado cambios extraordinariamente relevantes en la sociedad.

Se han modificado los comportamientos individuales, modelos organizativos y, especialmente, aquellos procesos que afectan a la producción, distribución y uso de conocimiento y, por tanto, a la comunicación” (Dussel, 2011).

Pero a pesar del avance tecnológico, no todas las instituciones estaban preparadas para migrar de la noche a la mañana a la virtualidad, pues no contaban con los recursos económicos, humanos y la infraestructura para proporcionar una educación de calidad a distancia y promover aprendizajes pertinentes y efectivos.

El cierre de las instituciones educativas durante la pandemia afectó de forma desproporcionada a los estudiantes y marcó claramente la desigualdad entre ellos a nivel mundial, ya que no todos tuvieron las mismas oportunidades, las herramientas tecnológicas, acceso a internet y espacios adecuados para continuar con sus estudios, y como bien lo señaló Human Rights Watch (2021), para millones de estudiantes no significó una interrupción temporal de su educación, sino un final abrupto de la misma.

Educación postpandemia

La pandemia ha constituido un antes y un después en la vida académica, pues cuando creíamos que teníamos todas las respuestas, nos cambiaron las preguntas. De tal manera que esta coyuntura ha transformado a sus actores: administradores, profesores y estudiantes, cuestionando la necesidad de cambios en las propias instituciones educativas y el nuevo rumbo de la educación.

En este contexto, es imperativo que las instituciones educativas vinculen los temas de sostenibilidad en todas sus funciones y fomenten una cultura de mayor colaboración y participación. También necesita reconocer su impacto en el conocimiento y el comportamiento humano, permitiendo esfuerzos para encontrar e implementar proyectos centrados en la sostenibilidad que trasciendan las fronteras académicas y beneficien a la sociedad (Zapata González, L., Quiceno Hoyos, A. y Tabares Hidalgo, 2016).

Sin duda, hemos visto a las instituciones educativas “desaprendiendo para aprender”, no solo para migrar a una modalidad nueva, en un contexto digital lleno de desafíos, sino para ofrecer educación a la altura de los retos del mercado.

Es entonces, un momento en la historia sin precedentes, que nos recuerda que no hay una receta segura, por lo que, lo único constante es el cambio, y para ello baste citar a Schumpeter quien, en los años 30, propuso que las corporaciones pueden desempeñarse mejor que los mercados, y mantener su liderazgo, sólo si se reconstruyen a sí mismas de forma continua y creativa; quien estaba muy adelantado a su tiempo y aún sigue vigente.

Finalmente, es posible señalar que nos encontramos ante un cambio de época donde la educación virtual llegó para quedarse, lo que ha dado paso para que la Broward International University BIU del Estado de la Florida impulsd el desarrollo de nuevas teorías en neurociencia educativa, explorando cómo optimizar el aprendizaje en entornos virtuales e híbridos.

En consecuencia, aquellas instituciones educativas que no estén a la altura de los retos y no logren reinventar su oferta educativa no podrán sobrevivir en los mercados y alcanzar la sostenibilidad.

 

Referencias bibliográficas

Dussel, I. (2011). Aprender y enseñar en la cultura digital. In Fundación Santillana. Santillana. http://www.bnm.me.gov.ar/giga1/documentos/EL003074.pdf

Human Rights Watch. (2021). El grave impacto de la pandemia en la educación mundial. Human Rights Watch. https://www.hrw.org/es/news/2021/05/16/el-grave-impacto-de-la-pandemia-en-la-educacion-mundial#:~:text=Los cierres de escuelas provocados,seguir aprendiendo durante la pandemia.

Naciones Unidas. (2015). Objetivo 4. Educación de calidad. Naciones Unidas. https://www.un.org/sustainabledevelopment/es/education/

Organización de las Naciones Unidas para la Educación; la Ciencia y la Cultura. (2022). La encrucijada de la Educación en América Latina y el Caribe. https://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/48153/1/S2200834_es.pdf

Zapata González, L., Quiceno Hoyos, A. y Tabares Hidalgo, L. (2016). Campus universitario sustentable. Revista de Arquitectura, 18(2), 107–119. https://doi.org/http://dx.doi.org/10 .14718/RevArq.2016.18.2.10

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